De niña, a Jules le enseñaron que el malvado Alquimista había robado el corazón de la bondadosa Hechicera, condenando a su pueblo a vivir y morir de acuerdo al tiempo atrapado dentro de su sangre y preservado en su moneda. Mientras los ricos llevan una vida próspera durante siglos, los pobres solo viven unos pocos