Un thriller muy adictivo repleto de giros inesperados, oscuros secretos familiares y apuestas letales. Cuarenta y seis mil doscientos millones de dólares -pensé. El corazón me retumbaba contra las costillas y tenía la boca tan seca como el papel de lija-. Tobias Hawthorne tenía cuarenta y seis mil doscientos millo