El humo inundo el cielo sobre las copas de los árboles en la distancia. Un horrible chillido brotó a través de aire. Todos los que estaban de pie en el palacio se cubrieron los oidos para protegerse del terrible sonido. - Oh, no - dijo Alex, y su rostro empalideció. - No puede ser - Susurró débilmente Mamá Gansa