«Hasta para esto sos segunda selección, Nelson. Hasta para el veraneo naciste saldo y retazo vos, Nelson. No. Esto se acabó. Esto hoy con vos se acabó. Ya. Me vuelvo a capital con la criatura». Una paseadora de maridos. Un animador de fiestas desanimado. Un Orfeo pop. Un guionista de vidas reales. Un adonis de vidriera. Un exatleta, ciego, que vende pirulines a la salida de un colegio. Como en sus obras de teatro, los personajes de Mauricio Kartun conviven en fauna curiosa y excéntrica. Cargadas de ese humor que es el sello de su estilo, cada una de estas historias se constituye además como cuadro animado, como piezas orales que se ven, como acabadas escenas visuales.
Sobre Salo solo. El patrullero del amor:
«Un libro desopilante, que se lee a carcajada limpia … como quien se desliza por una pendiente nevada o por un médano y se desea que el libro no termine nunca».
Daniel Divinsky, La columna vertebral
«Con frases cortas, remates potentes, jubilosos juegos de palabras y permanente ironía, la novela consigue meternos en una vida ajena que, por momentos, bien podría ser la nuestra».
Carlos Ulanovsky, El cohete a la luna
«Reírse a carcajadas, según Kartun, puede ser también una extraordinaria manera de militar contra el dolor y la ausencia».
Gabriel Lerma, Página 12
«Salo es nuestro Chaplin moishe».
Gustavo Nielsen, La Agenda
«La prosa de Kartun tiene ironía, un conocimiento enorme de nuestra geografía, nuestras bajezas y nuestra idiosincrasia, y tiene detrás a un autor que sabe que la búsqueda de la felicidad es una parte constitutiva de los seres humanos».
Flavia Pittella, Infobae
«… brilla por ser una comedia desaforada —y a la vez sutil—, capaz de encender las reacciones del lector a cada momento con recursos tan lúcidos como nobles».
José María Brindisi, La Nación