Calladia Cunnington maldice el día en que conoció al demonio Astaroth, pero cuando un día este aparece sin memoria, ¿por qué lo encuentra tan indefenso y tan... atractivo?

Calladia Cunnington sabe que es un poco bruta, a pesar de ser la heredera de una de las familias de brujas fundadoras de la pequeña ciudad de Glimmer Falls. Si bien su obsesión por el gimnasio es una buena forma de canalizar su ansiedad y su ira, su temperamento sigue apoderándose de ella en ocasiones y lo manifiesta participando en peleas de bar. Sin embargo, cuando una noche Calladia salva a alguien del ataque de un demonio, se enorgullece de hacer un buen uso de su rabia y de su magia... hasta que se da cuenta de que el hombre al que le ha salvado la vida no es otro que Astaroth, el cruel demonio que orquestó un trato con el alma de su mejor amiga.

Astaroth es un legendario negociador de almas y uno de los nueve miembros del sumo consejo demoníaco, salvo que no recuerda nada de esto. Astaroth, que sufre amnesia después de haber sido desterrado al plano mortal, no sabe por qué un demonio llamado Moloch lo persigue, ni por qué la bruja musculosa, irritable y aterradoramente sexy que lo ha salvado lo odia tanto.

Incapaz de abandonar a alguien en un estado tan vulnerable —ni siquiera al más despreciable de los demonios—, Calladia decide ayudarlo a regañadientes. (Además, golpear a un amnésico sería de mal gusto). Los dos emprenden un complicado viaje para encontrar a la bruja que podría devolverle la memoria a Astaroth, para poder así descubrir el modo de derrotar a Moloch. Calladia promete que una vez que Astaroth se cure, le pateará el trasero, pero cuanto más tiempo pasa con el sarcástico, pero absolutamente encantador demonio, más se da cuenta de que le gusta este nuevo y mejorado Astaroth... y puede que, después de todo, no quiera que recupere sus recuerdos.